La tradicional formula reivindicativa del movimiento antiglobalización "Otro mundo es posible" debe ser sustituida por la de "Otro mundo es necesario", en palabras de uno de los participantes en la Asamblea sobre el Foro Social Galego, que tuvo lugar ayer en el Aula Magna del emblemático edificio de la Facultad de Geografía e Historia, hace años la más comprometida y reivindicativa de la Universidad de Santiago. Esa frase fue puntualizada posteriormente por una compañera de viaje como "Otro mundo es urgente".
Así parece. Lo evidente tras la participación de tantas organizaciones de diverso signo y su adhesión incondicional a la creación de un Foro Social Galego es la convicción general de que es necesario -y sí, urgente- cambiar el sistema capitalista y neoliberal y la estructura económica actual. Ese cambio debe partir de la propia sociedad y de sus individuos, sin esperar a que las instituciones o los dirigentes políticos lo hagan, pues estos no lo llevarán a cabo a no ser que sean requeridos y presionados para ello por la ciudadanía. Debemos partir de un compromiso, no sólo colectivo sino también individual de cada uno de nosotros, para extender y transmitir al conjunto de la sociedad esta convicción. Será así como el Foro tenga sentido, como fuerza transmisora y transformadora.
A falta de un compromiso formal o del establecimiento de alguna actuación concreta, me queda el sabor agridulce de la esperanza de que todas o casi todas las organizaciones sociales de Galicia se unan en un movimiento común contra el totalitarismo del libre mercado por encima de todo, y al mismo tiempo saber la magnitud y cantidad de situaciones que quedan por resolver, pues los puntos calientes de conflictos o de extrema necesidad se multiplican a medida que cada uno señala los que conoce mejor: Palestina, Sáhara, Deuda Externa, cambio climático...
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